sábado, 3 de agosto de 2013

El enemigo número 1.

"Lo haré mañana"
"Hoy es sábado hombre...El lunes lo empiezo a hacer"
"Queda mucho tiempo hombre, eso me llevará sólo una hora... Lo tendré a tiempo"

   Y un sin fin de excusas más.

   He llegado a la conclusión de que el enemigo número 1 de la sociedad moderna es nada más y menos  que la DECIDIA.

   En lo jovenes de la actualidad, en el cual me incluyo también, estamos sufriendo de esta enfermedad, que ha sido la peor de los que nos hemos topado.

   Yo estudio la carrera de "electromecánica", voy en el tecnológico, obvio, y he visto un sin fin de casos donde mis compañeros sufren por no poder pasar un examen, o aún peor, no entender de lo que está hablando el maestro.

   Ahora, no digo que yo sea un inteligente de mierda, o alguien que ha nacido con un CI de 200, sin embargo, me considero alguien listo, y alguien que le ha echado las ganas para salir adelante.

   Estos chicos de los que hablo, juran y juran, que la culpa lo tiene el profesor por no saber explicar e implantir las clases, y lo que más me preocupa, es que casi el 90% del tecnológico piensa así, y por lógica, son los que más van mal de califición. Haciendo que nuestro tec, haya caído en una reputación no muy alentadora para los profesores.

Cualquiera me dijera que soy un nerd, y la verdad es que tienen razón; cuando me lo dicen digo con mucha onra, "si, lo soy, y mira a donde me ha llevad, ahora estoy por encima de ti".
 

sábado, 5 de enero de 2013

La aventura del escritor.

   Nunca pensé que escribir un libro fuera algo difícil. Tiempo atrás había escuchado que el escribir es el oficio más solitario del mundo, algo que no lo tomé para nada mal, pues gran parte de mi vida me la he pasado solo; algo que tuve que asimilar, algo que al final se aferró a mi, convirtiéndome en todo un aficionado a la soledad. Sin embargo, nadie dice que escribir un libro es una tarea difícil, y bueno, talvez para unos si, para aquellos que ya llevan más de 5 libros escritos, sin embargo yo soy nuevo en esto; apenas estoy empezando a escribir, y bueno, he estado batallando un poco. Lo máximo que he escrito son sólo 5 páginas, pero lo leo, y me doy cuenta que no me llena, y lo borro. Talves suene algo tonto pero si. Si tubiera un canasto de basura ya estuviera repleto de bolas de papel.

   Quiero tratar el tema del tabú. Y no es el único que me ha llegado a la cabeza; me han llegado muchas, y uy buenas, desde mi punto de vista claro, pero siempre he sido alguien que quiere acabar con lo que  estaba haciendo al inicio, bueno nunca he sido así, pero con esto, con lo que me gusta, desearía serlo. 


Dulce navidad.

Al parecer no he cambiado. ¿Quién ha estado en la situación en donde no sabes que decir?, en donde pareciera que tu mente se bloquea automáticamente haciendo que te coportes de una cierta manera que parezcas alguien sangrón, osea, como si  no te agradara  las personas que están junto a ti. Sin embargo no es que seas así, si no más bien,  es por que estás con la mente en blanco, producto de la inseguridad y la timidez. Pues así es como me sentía en ese momento. Pensé que el espiritu navideño me invadería, haciendo que mi actitud mejoraría, y es que yo he tratado desde hace años vencer esta forma de ser, esta puta forma de ser, que no me va a llevar a  ningún puto lado, odio ser así, si tienes una forma de ser alguien sociable, por favor, dime tu secreto porque mientras más pasan los años, más me convierto en lo que más odio: En el típico tipo callado del grupo. Esto me ha llevado a grandes problemas, pero como siempre pasa, y como bien has de saber mi estimado, nadie se da cuenta, pareciera que el cómo te comportas no se nota, nadie te dice nada, al contrario, se siguen conportando de cierta forma, que tu actitud introvertida aumenta, !!!!Y ESO ES UNA VERDADERA MIERDA!!!!! estoy harto de esa mierda, se supone que son fechas de felicidad y todo esa mierda, sin embargo  no cambio, soy alguien antisocial, antipático, alguien con quién no te gustaría juntarte, y aunque digas, " si, yo te entiendo, seré tu amig@ por que yo sé cómo eres, yo sé como ser tu, así que no temas a no caerme bien, sere tu amig@" te cansaras de estar conmigo, te darás cuenta que no sé ni continuar una puta conversación, y por lo tanto, me dejarás ahí, abandonado, siempre pasa, yo sé que también a ti te pasa, y sabes bien, que para tener un amig@ de verdad, es dejar que esa persona se te acerce a ti, porque así sabrás que realmente quiere ser tu amig@.  he dicho la palabras amig@ 5 veces. !!!!!Me vale mierda este es mi puto blog!!!!!, espera no te vayas, no me dejes sólo u.u. 

Pero en donde estaba... Estoy en estos momento con mi primo, en su casa, son las 4:35 de la mañana, es 25 de diciembre de 2012, bueno, siempre he estado con él, es como si fuera un hermano para mi, sin embargo, él es el antónimo de yo. Él es todo lo contrario a mi, es sociable, extrovertido, puede encontrar siempre un puto tema de conversación, cuando estoy a solas con él nos las pasamos bien, buenas coversaciones, risas y todo el desmadre, lo que hacen dos amigos de toda una vida, pero, cuando existe una tercera persona, o más, todo se torna en un infierno para mi, pues, como dije anteriormente, soy el que no habla, el invisible, soy el puto cero a la izquierda: Cuando hay una plática, no digo nada, mejor dicho, espero el momento preciso para dar una reseña, una reseña nada más, no doy mi punto de vista, sólo digo lo obvio de algún punto importante de algún tema, así soy, siempre he sido así, !!!!!!!!maldita sea!!!!!!!!!!! ¡quiero cambiar! pero no sé, siempre lo he intentado, y no puedo. Digo todo esto, por que al llegar a la casa de él, había dos chicas mucho menores que nosotros, los 2 tenemos 20 años, y ellas menores de 17 años, no sé la verdad cuántos tengan, no me atrevido a preguntparselo, recuerden, soy un tímido de mierda, así que al llegar las saludé tranquilamente, como si fuera alguien sociable, es obvio, que  es una máscara, máscara que he construido por muchos años, así que llegué, les di el abrazo de navidad, a mi primo tambien, y me fui directo a la cama, donde estaba sentada una de ellas, la cual me daba la espalda en todo el momento, su trasero, su lindo culo me miraba, lo tiene como un ángel, grandes ganas de agarrárselas y mayugarlas, un sin fin de fantasías me indundaron en ese momento, como para sacarme la polla que tengo, bajarle sus jeans bien ajustado e introducirle mi duro pene en su vagina, y luego en su ano. Que grite, y gima, y su expresión, sólo la del placer, y al final se voltiara y me dijera con una gran sonrisa "Te amo". Sin embargo nada de eso pasó, en vez de emborracharlas y tener sexo sin remordimiento, vimos una película, yo, riéndome en momento en donde pensé que sería oportuno reirse, y decir cosas graciosas según yo, que no causaron ni una puta gracia, lo cual producía un silencio incómodo, como los odio!!!!!!!!!, al finalizar la peli, se pusieron a ver videos de música, de reguee, ese era su  género preferido, mi primo, como de costumbre le daba de su lado, siempre diciendo si a todo lo que ellas decían, creo que ese es su secreto,  he visto que le funciona y hace que las chicas le hablen y lo prefieran, creo que lo imitaré, pero hay algo que me limita, y es que soy muy honesto, bueno, intento no hacerlo para caerles bien a las personas, pero como que lo vuelen en mi, y eso los asusta, bueno, el problema es que pusieron una banda que según ellas era reguee, pero era obvio que era simplemente rap, hasta un idiota reguetonero sabría la puta diferencia, así que no pude evitar qu estaba equivocada, la menor de ellas me respondio con una sonrisa, al pesar de todos son buenas chicas, chicas bien, pero aún así las repelo, jaja, moriré solo u.u, así que me calle y me fui a un sillón que estaba en la mera esquina, mientras ellos seguían viendo sus videos, yo, fingia que me reia, para que no me vieran como el serio del grupo, aún no me conocen del todo, así que para ellas puedo ser de muchas formas, es mi deber que no sea de un hijo de puta tímido, así que sonrio, me rio cuando mi primo lo hace, y ellas están con la sensación de que soy un buen tipo.

    Después de eso, ¡por fin! ellas se fueron, pero antes yo había ido al baño, esperanzado de que ya se hubieran largado, pero, al estar sentado en el retrete, "cagando", oigo que salen del cuarto, digo "Ya era hora maldita sea" y salgo simulando una expresión de pena por su ida, pero me doy cuenta que mi primo coge una bufanda, y va hacia donde yo estaba, va hacia mi.

   - Oyes ponte un sueter, vamos a la plaza- Me dice.
   - ¿A dónde mierdas?
   - A la plaza wey, ellas quieren ir pa' allá.
   - No mames wey - Lo digo en un tono de voz que ellas no puedan oir-  Pinche frio de mierda, además ya son las - Miro al reloj- ... Las 5:23 de la mañana... Yo me quedo...
Se me queda viendo estupefacto.
   - ¡vamos mierda! un ratito nomás, ida y vuela...
Reniego como un niño chiquito. Vacilo. - Iré con ellos, o me quedo en el cuarto, cómodo, sin pasar frio, agusto siguiendo escribiendo esta mierda, un infierno de dudas me inundan en mi mente, me paralizo por un rato, y digo sin estar nada pinche seguro de lo que voy a decir:
 
   - Bueno, ya que...

Así que nos fuimos a una plaza que nos quedaba a 3 cuadras de la casa. Un frio insoportable. Yo, con una actitud amargada, pero tranquila, así como la de un rock'star, caminaba cerca de la más chica de la dos, e hice todo lo posible para sacar algun puto tema de conversación, pero con el frio que había, tiriteando mis dientes, no tuve tanto exito, en vez de eso me refugié en lo que decían los tres, diciendo afirmaciones y riéndomde de sus chiste, una que otra vez dije algo gracioso, pero honesto, en pocas palabras fui lo más agudo posible.

Por motivos de navidad, la plaza se encontraba repleto de focos y adornos navideños, así como un sin fin de nochebuenas que se marchitaban con el frio, y tres pinos adornados situados en las esquinas de dicho lugar, nosotros que estábamos seguros que estaría totalmente sola por ser navidad, vimos casi atónitos que se encontraba repleta de policias, máximo unos 10. Nos adentramos, caminamos en el perímetro izquierdo del lugar, y por una senda que estaba en el centro del lugar, nos metimos. Ya dentro del lugar, donde la lluvia de luces nos hacían sentir cómodos y reconfortantes, dos policias se dirigieron hacía nosotros, cada quién con una linterna, como si no nos viéramos con todas esas luces.

   - Se supone que deberían de estar en su casa ¿no?- Nos dice el más gordo de ellos, reflejándonos con la luz en la cara.
   - si, pero quisimos salir un rato- dijo la mayor, fingiendo valor en sus palabras.
   -Bueno, nomás no queremos que hagan desmadre - dijo.
Y acto seguido se fue con su pareja, aunque sus miradas nos seguian observando desde lejos.
Sin hacer caso de lo ocurrido nos fuimos a seguir caminando por la plaza, ya no aguantaba el frio, con ganas de gritar que nos vayamos a nuestras casas, me quedé callado, sin decir nada. Me aguanté. tras unos largos 10 minutos en aquel lugar, simulando que no tenía frio, caminando como un robot, al fin, una dijo, no supe quién, "vámonos que ya empiezo a tener frio", yo pensando, "hija de puta", y acto seguido nos fuimos hacia nuestras casa.

   Ibamos cruzando la mita de la calle, cuando un carro pick-up amarillo se detiene para darnos el paso, ya habíamos cruzado, y el carro avanzaba lentamente, nos estaban observando detenidamente, bueno, a ellas, que como ya dije tenían un buen cuerpo, las dos están de mi estatura, soy muy chaparro, que por cierto no estoy nada contento por ello. El carro avanza poco a poco, volteo disimuladamente para ver bien a los sujetos. Eran dos. Ellos, con un alto grado de alcohol en sus venas, lo percibo por su mirada, me ven con una mirada de asesino, con ganas de filerearme y hacer mi cuerpo picadillo, e irlo a tirar al centro de la ciudad, por fortuna sólo se limitan a mirarme, yo, algo intimidado les desvio la mirada, y oigo que gritan: "¡hey mamacitas!... ¡Feliz navidad!" Siento como ellas se intimidan y se limitan a seguir caminando. Mi primo, tambien hace lo mismo. No dice ni una sola palabra, sin embargo yo, siento una clase de ardor por dentro, al principio pensé que era producto del frio, o que al fin mi cuerpo había obtenido algo de calor, pero no. De repente oigo, y los demás tambien, que el carro se detiene de golpe, entonces el copiloto, con la mitad de su cuerpo fuera del carro nos grita, "¡Están bien buenas!, ¡subense al carro, aquí les daré su regarrote!"... Las chicas aceleran más el paso, mi primo las imita, yo, igual, pero a diferencia de él, siento como ese ardor que sentía evolucionaba. Al fin supe que no era el calor de mi cuerpo, era como una especie de odio, de remordimiento, sabía bien que lo que estaba pasando no estaba bien, pero nadie hacia nada al respecto, ni siquiera él. Así que me paro, mi subsconciente no obedece a mi consciente. Me volteo a 180 grados, y les grito "!!IDIOTAS¡¡¡". La sonrisa que traian consigo desapareció por completo, e inmediatamente se bajaron del carro, el copiloto bajo un bat de base-ball, y con paso apresurado se dirigió hacía nosotros, dejando atrás a su compinche. La chicas habían volteado al oir a los tipos bajarse del auto, y al ver al del bat entraron en pánico, de inmediato la mayor se aferró de mi brazo, y mi primo con voz casi chillona exclamó: " ¡¡¡Vámonos a la chingada!!!"

   No mirabamos hacia atrás mientras corriamos, y aunque, sólo eran dos cuadras los que nos separaba de nuestras casas -Éramos vecinos- se nos hizo una eternidad llegar. Ibamos por la mitad, cuando se me ocurre voltear y veo que el tipo aún seguía corriendo, talves se hubiera metido algún tipo de droga, o que realmente estaba alcoholizado de tal modo que no sientiera ni los pies al correr, pero su mirada, estaba centrada unicamente en mi. Era su presa y él mi cazador. ¿Cómo fué que me atreví meternos a todos en aquel lio?, yo era nada en aquel momento, era la sombra de mi primo, se supone que no debería de haber dicho nada. Pero aquella sensación que sentí, al sentir cómo la chica mayor me cojia por el brazo, no tenía límites, era una sensación única, durante esos momentos me sentí como un héroe, como si fuera la única persona en el mundo que la podría salvar de aquel hijo de puta que nos asechaba, quizas estoy exajerando, pero así sentí, casi nunca experimento esas sensaciones, esas emociones, por lo que me resulta algo casi único a la hora de vivirlas. Entonces, ese tipo de ardor en mi pecho, volvió a surgir, algo de nueva cuenta me decía, que por lo que estabamos pasando era por mi culpa  por lo tanto yo me tenía que afrontar a dicha situación, y aunque pareciera algo imposible, el sujeto era veloz, ya que se nos acercaba a cada paso apresurado que daba. No podía imaginar que nos hubiera hecho si nos hubiera alcanzado, posiblemente me agarraría a golpes con el bat, yo era su misión. Sabía perfectamente si, hubiera pasado eso, mi primo se pararía y me defendería, es mucho más alto que yo, me lleva de ventaja 25 cms, pero en ese momento no lo reconocía, era como si un niño pequeño estuviera escapando de su madre al ser sometido a cinturonazos, además que, al verle la cara mientras corriamos, sus ojos estaban totalmente dilatados, muy abiertos, directos hacía la casa que nos quedaba ya cerca. Eso sin mencionar a las chicas, que en su rostro no mostraban más que miedo y desesperación. Así que el ardor, de nueva cuenta, se transforomo en rabía, y mi subconsciente no obedeció a mi consciente, lo cual, provocó una reacción a mi cuerpo; me paralizé.

    Me detuve completamente, voltié hacía el sujeto que estaba a unos 18 pasos de mi, voltié hacía los que corrían conmigo, que ya había llegado a la casa, las chicas entraron al de mi primo, y oí que la menor dijo: "¡Hay no, lo va  a matar!". Mi primo con la boca abierta, sorprendido de que su tímido primo al fin sacara al hijo de puta que todos tenemos dentro, metió a las chicas a la casa y se quedó viendo todo el show, mientras yo, con una posé patética de defensa me quede esperando a que llegará hacía mi el tipo del bat.

    Venía hacía mi con gran velocidad, ya estando a dos pasos de mi, dio un salto, y alzo la pierna para aplicarme la técnica de la patada voladora, sueña ridículo lo sé, pero al estar con alcohol en nuestro sistema, cualquiera puede hacer cualquier movimiento de kung-fu, comparándose con las de jackie chan, así que me dio en la pierna izquiera, derrivándome por completo, y acto seguido levanto el bat y lanzó una abanicada hacía mi cabeza, el cual la moví rapidamente, dándole en la tierra; una cortina de humo se alzó...

   Pensé que ya me había llegado la hora de morir. Sólo se necesitaba de un loco para poner fin a esta absurda vida, sin embargo ese odio interno que me surgió me cegó, estaba viendo las cosas de otra manera.

   Aún no caía en la cuenta de que me había transformado. Mi primo seguía de pie en su casa, tras el portón, y las chicas estaban viendo todo el espectáculo, asustadas por la ventana del cuarto. El sol ya estaba por salir, el cielo se empezaba a tornar de un azul rey, pero el infierno por lo que estaba pasando no paraba.

   - Aver pendejo, ¿Qué fue lo que me gritaste?- Me dijo con un tono amenazador y con cierta ironía.
   - No sólo te lo grite a ti imbésil. Tambien al otro pendejo que venía contigo.
 
    Él estaba asechándome. Caminando alrededor del perímetro de donde estábamos; como a un león apunto de devorar a su desgraciada presa. De repente, se lanza hacía a mi con el bat. Yo, como por arte de magia desvío el golpe, haciendo que se cayera completamente al suelo. No lo pensé más. Me fui directo hacía a él. Lo agarré a patadas, centrándome más en la ingle. Sus chillidos de dolor me calmaban, era como un placer inexplicable el oir esos gritos de dolor. Patadas, más patadas... Tarde unos dos minutos de recuperar mi cordura. Al levantar la mirada, vi como el otro sujeto se apartada del lugar, atemorizado por tener la misma suerte que al que acababa de dejarlo esteril de tanto golpe. ¿En qué me he convertido? Me pregunté. Vi hacia mi primo, él estaba ahí de pie, con la boca abierta, y no es para más, pues toda la rabia que traía conmigo se esfumó, me sentí alguien libre al hacerlo. Ahora entiendo como estas personas no la pensaron para agarrarnos a golpes. Se siente realmente bien.

   empencé a andar hacia la casa, mientras miraba de reojo al tipo del bat, tendido en el piso, derrotado. Aún no podía entender cómo había ocurrido todo aquello.
 
   A llegar a la casa, mi primo abrió la reja, aún estaba estupefacto.

   - Oyes, ¿Pero qué mierdas te pasó?- Me dijo.
   - No lo sé- Dije irónicamente. Con una risa de incredulidad.
   - Te hubieras visto wey, eras otra persona. Casi me cago de verte... ¡Eres mi puto héroe!
   - Jaja, no es para tanto...
   - Por cierto, las chicas ahora te ven como su superman, han de estar mojadas esperándote.

   De repente oímos unas sirenas, eran dos patrullas. Las habían llamado las chicas que estaban viendo por la ventana en esos momentos, estaban realmente asustadas, y mirándome como si fuero un monstruo, o mejor dicho, alguien que no conocían; un pensamiento que me dio risa, pues sólo llevábamos 3 horas de conocernos, pero talvez mi timidez ya se hubiera impregnado es sus cabezas.

   La policia levanto al tipo, todo adolorido, no podía permeanecer erguido, y gemia del dolor. Los oficiales lo metieron a la patrulla, y se fueron. Talvez las chicas les habían dicho lo que estaba ocurriendo con todo lujo de detalle. El que estaba de copiloto me volteo a ver, y me hiso un saludo de paz, lo cual yo se la regresé.

Nos metimos a la casa, y las chicas estaban en la sala esperándome. Con las bocas abiertas, me abrazaron. De nueva cuenta surgió en mi la adrenalina que había sentido al sentir como me aferraba el brazo la menor de las dos. Mi primo con los ojos bien abiertos, dejó escapar un silbido de admiración, aunque yo alcanzé percebir una pisca de envidia en sus ojos. Sin embargo lo único que hizo fue sonreirme orgullosamente. ¿Acaso me he convertido en un tipo de héroe? No lo creo, bueno, no lo creía en ese momento, pues lo que faltaba por suceder me haría saber que soy más que una simple sombra; Un hombre. Un hombre en todo sentido de la palabra.

   - El que menos me imaginé que nos defendería.- Dijo riéndose asombradamente la menor de las dos.
   - Neta, pensé que nos iba a matar, bueno a ustedes, a nosotros a violar. - Todos nos reimos.
Al fin vieron que tenía sentido del humor. En toda la madrugada no me habían visto reir. Asi que ahora les había mostrado otra faceta.

   Pero notaba como la mayor se me quedaba viendo, como si me admirara. Ya he visto esa mirada antes, cuando una chica se enamoraba de mi. No quiero decir que sea todo un maldito casanova, pero al menos he tenido unas que cuantas enamoradas en toda mi vida. Pero como el estúpido hijo de puta que soy, a ninguna les hacía caso, me comportaba como un gillipollas con ellas, como si tuvieras a muchas para elegir, eso es lo que más odio, tener frente a mi toda una mina de oro, y no saber aprobecharla.

   - Ese es mi pinche primo- Dijo mi primo dándome unas fuertes palmadas a mi espalda.
Yo aún no decía nada, no sabía qué cara poner.

   - ¿Pero cómo fue que le ganaste? O mejor dicho... ¿De dónde sacaste el valor para pelear? - Me dijo la mayor. Sus ojos seguían clavados en mi. Estaba con una actitud media seria pero a la vez imprescionada.

   - No tengo ni la más mínima idea de cómo le hice- Dije. Todos se rieron. - Simplemnete, saqué lo que tenía dentro de mi...

   -Si, la verdad nos sorprendiste. Hace 15 minutos eras el más callado de la bola y de un momento para el otro te transformaste en el héroe de la película.

De reojo vi a la mayor y seguía viéndome. ¿Acaso se sentiría atraida por mi?, bueno, por lo que me dijo su hermana, creo que si. Ahora sólo era cuestión de que me pusiera manos a la obra para que estuviera sobre ese culo hermoso que tenía. Un culo de ángeles.

   - La neta si- Dijo la mayor- Nos sorprendiste, si no hubiera sido por ti nos hubiera cargado la chingada.- Todos reimos. Y nos quedamos un momento reflexionando lo que había dicho. Después de eso volvió a romper el hielo- Bueno pues, hay que seguir viendo una película ¿no?.
   - ¿A estas horas?- Dijo la menor- Ya ha de estar el sol afuera.
  - Pues yo no tengo sueño, por lo que pasó me gustaría seguirle.
Y me vio de reojo. Ella estaba comfirmando algo que revoloteaba en mi cabeza. Ella quería algo, y yo, sin duda alguna, se lo daría.

De repente su hermana voltió hacía una botella que había en la mesa, y nos dijo: Y si jugamos a la botella?
   -Ay si, hay que jugar...
Nos dijo mirándonos a mi y a mi primo. casi rogándonos.
   - Bueno, ¿Por qué no?- dije con una sonrisa.
Era la primera vez que había tomado la iniciativa en algo.

Así que la menor agarró a mi primo de la mano, y la mayor a mi de la mia, y nos llevaron al cuarto de éste. Ya estando ahí nos sentamos en círculo, La grande enfente de su hermana, y yo al de mi primo. El juego consistía en que le tocara el fondo de la botella, iba a recibir las órdenes que le dijera al que le había tocado el otro extremo de la botella. De repente llegué a la conclusión de que todo estaba arreglado por las chicas, un plan en donde todos saliamos ganando. Tal ves lo habían planeado mientras estaban adentro de la casa. Eran pícaras, debajo de ese disfrás de oveja se escondían unas feroces lobas.

Así que la menor hiso girar la botella, y como si fuera casi el destino le va tocando entre ella y su hermana, la cual era la que iba a recibir ordenes. Ellas riéndose traviesamente, me ven de reojo, y la menor hace un movimiento complice con la cabeza. Así que le ordena a su hermana.

   - Bueno, como castigo, deberás de encerrarte con "yó" en cuarto de la mamá de su primo. y deberán tardar unos 20 minutos.

Sentí como un ardor me recorrió en el cuerpo. La mayor sólo se rio tonta pero traviesamente, y se me quedo viendo.

   - Órdenes son órdenes. - Le dije a la mayor. Ella se rió y se levantó. Yo hice lo mismo. Vi a mi primo que estaba con la boca abierta. No creía o que estaba pasando. Percibí un leve sentimento de envidia en su cara, pero no le hice caso. Él había actuado como un cobarde y yo como un héroe, en palabras de ellas. Así que me agarró de la mano  y me llevo a la habitación de mi tía.

Las cosas que nos hubiera dicho mi tía si nos hubiera visto en su cama ese día.  Lo bueno que había salido a casa de unos parientes ese día. Dejándo la casa libre para nosotros.

Ella era la que tenía la iniciativa. Me aferró de la cintura y me aventó hacía la cama. Ella se puso sobre mi, haciéndome sentir su linto transero sobre mi pene. Estaba sentada sobre mi, esa era mi pose favorita. Así que le agarré suavemente la nuca, y desde ariba la deslice hacía a mi, dándole un beso, un beso que duró mas de dos minutos. Despues ella se volvió a erguir, y se quitó su camisa, su camisa interior, mostrándome sus bien formados pechos. Ella me agarró las manos y se las llevó hacia ellos. Yo lo que hice fue acariciarlos, suave pero firmemente, disfrutando de cada centímetro de sus pechos, cada centímetro, cada instante.

Todo había ocurrudo tan rápido que no estaba creyendo lo que estaba ocurriendo.

Unos 10 minutos despues ella se econtraba erguida y yo por atrás dándole. Pero me había olvidado de mi primo, así que paré por un momento y agudizé el oído.

   - ¿Por qué paras?- Me pregunta desconcertada.
   - ssshh, déjame escuchar.
Alcancé a oir unos gemidos de placer que venían del cuarto de al lado, al parecer mi primo también estaba disfrutando de la navidad.

   - Al parecer mi hermana le está dando su regalo de navidad- Me dice con una sonrisa.
   - Si, Al parecer nos hemos portado muy bien este año.
 Se rie.
   - Pues el si. Tu sólo esta madrugada. Y con eso tuve para que me enamorarás.
   - Entoces déjame ser tu mejor héroe esta noche.
   - Eso si le sigues dando, que ya me estoy enfriando...
Esas palabras me mataban. Vulgares e inteligentes a la vez. Le seguí dando por detrás, ella sólo gemía de placer.

Vi hacía la ventana y ya estaba el sol a todo lo que daba. ¿Que horas serían? me pregunté, No me importaba, por que estaba follando con una ángel, y al salir hacia la calle, sería todo un hombre, al fin.

Al paracer no me la pasé tan mal en navidad ¿verdad?, y es que no des por sentada las cosas. Pues te pueden suceder un sin fin de aventuras, en el momento en que me menos te imaginas.




domingo, 30 de septiembre de 2012

La sonrisa de un vagabundo.


Hoy vi a un vagabundo en la calle; estaba junto a un estacionamiento de autobuses. Mientras pasaban una multitud de personas él sin ninguna muestra de vergüenza  comía basura, comía lo que los demás  tiraban por sentirse llenos o simplemente por no serles de su agrado, comía con un gusto, con un placer que me hacía tener ganas de pararme junto a él y probar una de esas empanadas sin ser terminadas envueltas de una salsa verde y sumergidas en lo que parecía ser jugo de naranja.  Y yo sintiendo pena por no vestir con la última tendencia de verano, por no sentirme como los demás, con una playera hollistar, jeans y unos tenis puma. Me quedé viendo al vagabundo por unos cuantos minutos; lo envidié, traté de imaginarme por todo lo que debía de haber pasado, toda su historia, el por qué había acabado en eso, en un sin techo, en un pobre diablo, en un perdedor, en un desagraciado, en un sinfín de cosas que cualquiera le pudiera escupir en contra de su persona, pero sin embargo, él estaba ahí, disfrutando los desperdicios de los demás, ¡está comiendo basura! Y él está allí, poniéndole cara a toda la basura que lo rodea, de todo el desperdicio de ser humano que lo mira comer “basura”, que al fin y al cabo sigue siendo comida, con un mal sabor, pero al fin y al cabo  comida. Una pareja de jóvenes novios pasaron a su lado, el chico pareció decirle algo que hizo que la novia se riera, acto seguido le tira la bolsa de basura que tenía en manos y salen corriendo, con sonrisas de felicidad y satisfacción; al fin al cabo el concepto de felicidad varía en cualquier persona ¿no?  El pobre hombre sólo se quedo viéndolos marchar y sonrió amargamente, después siguió hurgando entre la basura haber que otra delicia encontraba. Esa sonrisa. Esa sonrisa me cambió el día, si yo tuviera tan siquiera una pizca de su… De su… No sabría cómo llamarle a esa forma de pensar de ese sujeto, pero algo muy cercano a eso sería madurez, ¿Pero madurez? Eso no existe realmente, tal vez ese algo, sea lo que todos proclaman; la verdadera paz interior, con una mente sin ningún remordimiento, y sin ninguna culpa. Ese hombre parecía no haberse arrepentido de nada de lo que pudo ocasionarle su desgracia, tal vez era alguien poderoso y decidió cambiarlo todo por la libertad de ser un habitante del planeta tierra, o vagabundo, como les decimos actualmente. Ese hombre, un miserable punto en esta gran mancha de almas, es un libro sin ser leído, un gran libro, donde cada renglón escupe lo reluciente y poderosa que ha de tener su mente, ese hombre ha de valer mucho y… Pero, ¿y si no es así?, y si ¿tal vez sea un maldito demente con una sonrisa tras un gran velo de perversidad? Uno nunca sabe, sólo sabré si me bajo, y leo algunos de esos renglones. 
Mi madre se encontraba muy distraída comprando las necesidades para el hogar, al parecer hoy era el día de los superdescuentos, ¡estaría loca si no aprovechara! No escuchó cuando me bajé del auto ni mucho menos me vio ir directo hacia el vagabundo. Él todavía se encontraba mordiendo la mitad de una hamburguesa, en muy malas condiciones. Me acerco a él, pero ni siquiera me voltea a ver, parecía estar perdido en su propio mundo, parecía tener mucha hambre…
-          Amigo, toma, para que te compres algo.
Le extiendo un billete de 20, el no me volteo a ver, ni siquiera dio la sonrisa que a todo el mundo parecía darle.
-          Oyes, ¿Necesitas algo? ¿Algo en que te pueda ayudar?- Digo.
-          ¿Mucho se nota mi necesidad?
Casi río por la ironía.
-          Bueno, ¿Sabes que estás comiendo basura no?
Temí que se enfadara y me diera un golpe. Sólo dejó de hurgar y me clavó una interrogativa mirada…
-          Hijo, he comido cosas peores créeme – Sonrió al decirlo.
-          Oh! disculpe, pero ¿cosas peores?, pues en ¿dónde ha estado?, bueno, si se puede preguntar.
-          Descuida, Me gustan los que preguntan, pero si no te has dado cuenta llevo puesto mi camisa militar...
-          ¿Ha estado en la guerra?
-          No, solo me gusta vestir a la moda ¡pues claro que soy militar! Bueno, lo era, y era bueno en lo que hacía, me gustaba… Pero no por servirle a nuestro país y ninguna de esas estupideces, me gustaba porque tenía la oportunidad de  mandar a otras personas y obedecer a otras, y aún así nadie te lo discriminaba pues era algo normal dentro esa costumbre. En cambio, trata de mandar a tu hermano en algo y serás visto como un aprovechado, trata de obedecer sin decir ni una palabra y serás visto como un imbécil, eso no pasa en la milicia.
No creía lo profundo que era aquel sujeto, palabras profundas de un vagabundo y sí, tenía bien puesto su camisa de militar; color verde muerto con unas cuantas insignias en su pecho izquierdo, pero eso era lo único formal que tenía, pues usaba unos pantalones rotos, color negro, manchadas de no sé qué mierdas, y unos tenis todos rotos, los dedos de su pie derecho se podían ver  por lo rotos que estaban.
-          Pero, ¿Cómo fue que acabó en esto?, digo, no es por ofenderlo, pero, ¿Por qué que se encuentra comiendo  basura?
Se rio hasta mostrar sus dientes, pero su mirada seguía hurgando mi alma, al parecer también era bueno en eso.
-          Por una decisión que tomé… Sólo hizo falta una puta decisión para que mi vida diera un giro de 180 grados.
-          Y ¿cuál fue?
-          ¿Eso importa?
-          Bueno, no sé qué decisión tomó, pero al parecer no lo llevó a ningún lado.
Él sólo me dio aquella sonrisa.
-          Hijo… Puede que me veas comer toda esta mierda… Puede que no viste a la última moda, e incluso puede que todas las personas me escupan, me ofendan, pero si viajara al pasado,  tomaría exactamente la misma decisión, porque era la única opción para vivir en paz, de tener mi conciencia limpia y de vivir sin rencores, de lo contrario, ya me hubiera arrojado a las vías de tren, eso te lo aseguro.
Me quede sin palabras. Que podía decirle a esa persona. Era obvio que era alguien bien vivido, alguien que sabía que tan perra podía ser la vida. Me le quedé viendo. Él volvió a hurgar en la basura, tranquilamente, y con una amarga sonrisa.
-          Fue un gusto conocerle señor… pero, ¿Cómo se llama?
-           ¿Eso importa?